PROGRAMA Nº 1167 | 17.04.2024

Primera Hora Segunda Hora

Ideas básicas de la Evangelii Gaudium

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Síntesis

1. El consumismo del mundo actual potencia el aislamiento de las conciencias y no deja espacio a los demás. Nos aleja de Dios.

2. Hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua. Todo cristiano debe al menos mantener un brote de luz, que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo.

3. Puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mis años de vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse.

4. Llegamos a ser plenamente humanos cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos. Allí está el manantial de la acción evangelizadora. Porque, si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?

5. No debe esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo. El Papa percibe la necesidad de avanzar en una saludable «descentralización».

6. Los evangelizadores deben tener ‘olor a oveja’ para que el rebaño escuche su voz.

7. Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, poniendo foco en la evangelización y no en la autopreservación.

8. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización.

9. Algunas costumbres propias de la Iglesia no ligadas al núcleo del evangelio pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas.

10. A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible.

11. La Iglesia debe mantener las puertas abiertas.

12. Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero sobre todo a los pobres y enfermos. Nunca los dejemos solos.

13. Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.

14. «No a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata.

15. Hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia.

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