PROGRAMA Nº 1164 | 27.03.2024

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VALOR DE LOS CATECISMOS (Primera Parte)

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A lo largo de los siglos, y de la tarea que la Iglesia ha ido realizando en el campo de la catequesis y de la evangelización, los conceptos: catequesis, catecismos, catequistas, han ido adquiriendo distintos matices. Se ha ido perfilando y diluyendo, el sentido original de la idea de catecismo.

En referencia al catecismo se entendió portal en los tiempos primitivos la presentación de un texto escrito, de un libro, que la comunidad cristiana y su autoridad ponían a disposición de los encargados del catecumenado.

Pero no era un texto cualquiera ni hecho por cualquiera. Era de la comunidad y de la autoridad. Lo redactaba alguien con capacidad. Lo aceptaba y publicaba la autoridad. Lo recibía y lo asimilaba la comunidad, en forma incipiente cuando alguien quería entrar en ella. En forma proficiente por medio de las homilías y celebraciones que lo desarrollaban. Esta idea más o menos explícita, que se fue desarrollando con los siglos, nos permite presentar positiva y negativamente lo que es, o tiene que ser, el catecismo cristiano.

El catecismo fue siempre un guión de apoyo para la explicación, no un libro de materia religiosa sin más. Fue un resumen con el contenido fundamental de la doctrina que hace posible la fe. Ofrecía una información doctrinal que había que clarificar, no una exhortación moral o espiritual. Del mismo modo que se hacía con el credo, o confesión de fe, el cual se recitaba como profesión o proclamación, el catecismo se explicaba como preparación y se seguían modelos que se transcribían y conservaban en diversas comunidades.

No se denominó "catecismo" a estos resúmenes escritos hasta final de la Edad Media. Pero los ecos de algunos de los documentos hacen sospechar que estu-vieron difundidos tales escritos en diversos lugares del Mediterráneo desde los primeros siglos. Se pueden citar los textos de Clemente de Alejandría en el s. II (en su Pedagogo), de Orígenes en el s. III (en los que con frecuencia alude a la labor del "didascalos"), y sobre todo de San Cirilo de Jerusalén (S. IV) con sus 24 "Catequesis bautismales”, o de S. Juan Crisóstomo (s IV) con las recientemente descubiertas (1954) ocho “Catequesis bautismales”.

Las transcripciones de textos de este estilo se prolongaron a lo largo de los tiempos hasta la Edad Media y se miraron como valiosos guiones para animadores de catecúmenos. El catecismo texto adquirió así una autoridad religiosa, eco del ejercicio del Magisterio, que se presentó ante los fieles, pastores y dirigidos, para ayudar a conocer, aceptar y vivir la fe cristiana. Desde entonces es un instrumento escrito y docente, diferente de otros escritos (exhortaciones, comentarios, sumas de teológicas, devocionarios, hagiografías, etc.) que sirve a la fe. Si es instrumento de fe, no se debe infravalorar por lo que alude a fe; pero tampoco se puede magnificar por ser instrumento.

- Que desde los primeros tiempos cristianos se dio importancia a tener en breves resúmenes la exposición de la doctrina cristiana. La Didajé, de fines del siglo I, con sus 17 capítulos, puede ser considerada como el primer texto.

- Que fue Lutero, con su "Catechismus", que en vida suya tuvo en diversas ediciones más de 100.000 ejemplares de tirada, el que puso en evidencia la importancia del texto escrito. Como reacción surgieron los grandes catecismos humanistas: el de Roberto Belarmino, el de Pedro Canisio, el Catecismo romano de San Pío V y de San Carlos Borromeo. En España surgieron el de Gaspar Astete y el de Jerónimo de Ripalda, entre otros muchos. En America el Pedro de Gante o el de San Toribio de Mogrovejo.

- Que en el siglo XVIII y XIX se diversificaron los catecismos. Algunos Padres del Concilio Vaticano I (año 1870), como San Antonio María Claret, pedían ya entonces un texto único para la Iglesia universal.

- El último acto eclesial en este sentido es el Catecismo de la Iglesia Católica, presentado por Juan Pablo II con la Constitución Apostólica Fidei Depósitum del 11 de Octubre de 1992. Es el catecismo de referencia para que los textos, que en los años venideros se preparen en las diversas iglesias locales, se orienten y se inspiren, de cara a presentar la doctrina cristiana.

Son importantes los datos sobre de los catecismos universales. Pero interesa a los catequistas conocer y captar la dinámica de los Catecismos que los Obispos españoles o americanos han ido presentando como referencia de la catequesis en todas las Diócesis de nuestro territorio. Ellos son los instrumentos de referencia catequística en las diversas diócesis

Es preciso clarificar las palabras y el lenguaje del Catecismo, mirando al Concilio Vaticano II que dio un impulso nuevo a la renovación catequética en nuestros días. El Concilio no hizo ninguna declaración explícita sobre la catequesis y la evangelización; tampoco publicó ningún documento sobre ello. Pero entendió que la responsabilidad catequística y evangelizadora estaba en la base de sus trabajos y de sus declaraciones. Llevó a cabo una seria y profunda reflexión sobre aquellos elementos de la fe de la Iglesia que son cimientos de la evangelización y de la catequesis.

Posteriormente las sugerencias del Concilio se recogen y ordenan en unos documentos que desarrollan las normas y consignas conciliares.

Se publican documentos postconciliares de alcance universal como:

+ 1971: "Directorio General de Pastoral Catequética"

+ 1975: La Exhortación Apostólica "La evangelización en el mundo contem-poráneo" (Evangelii Nuntiandi), de Pablo VI.

+ 1979: La Exhortación Apostólica" "Sobre el modo de dar la catequesis" (Catechesi Tradendae"), de Juan Pablo II.

+ 1997. La Congregación Romana para el Clero publica su nuevo “Directorio General para la Catequesis

En diversos Episcopados mundiales y europeos se multiplican también los documentos sobre el modo de orientar la catequesis. Por ejemplo, en España podemos recordar, entre muchos, en 1983: "La catequesis de la comunidad: Orientaciones pastorales para la catequesis en España hoy". En America latina los documentos de las Conferencias Episcopales (CELAM de Medellín, de Pueblo, de Santo Domingo y de Aparecida insistieron en su significado eclesial.

Sus orientaciones han sido muy variadas. Tres líneas han predominado en estos instrumentos de catequización eclesial:

- Catequesis doctrinal: lo fundamental es la transmisión de verdades, sobre todo fomentando su memorización y comprensión.

- Catequesis kerigmática: transmite, no la doctrina, sino a Cristo como síntesis de la historia de la salvación.

- Catequesis antropológica: el interés se pone en el sujeto que vive la catequesis. (Catequesis de la experiencia)

En los demás diversos lugares del mundo, van surgiendo una serie de Documentos llamados catecismos que ordinariamente dependen de cada Diócesis, sobre todo en los ambientes católicos de Latinoamérica. El Obispo de cada localidad determina cuál es el texto de referencia para sus diocesanos. E incluso hace referencia a los mejores materiales didácticos que pueden ser aprovechados por los catequistas de él dependientes.

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